Capital interior

San Miguel de Tucumán, cuna de la Independencia, recinto de sofisticación, según Lonely Planet. Comercios de electrodomésticos, zapatillas y celulares engalanan sus calles transitadas por bonvivants de mirada frágil, bebida fácil y redonda barriga, hinchada a papuchas y panchuques. Opas de pueblo pisan tímidamente las baldosas roñosas de la peatonal, enfundados en nikes blancas radiantes y un cordón desatado.

La zafra ajena paga la cuota del pantalla plana. Y el fulgor de los pantalla plana en las marquesinas disimula la presencia del opa, que camina quedo sobre sus nike air de suela gruesa. Suena el celular, es papá, que no pregunta por su hijo opa. Mamá carga una huella genética en la expresión que la emparenta con el retraso mental de su hijo, y probablemente con muchos otros rostros que ensombrecen el álbum familiar. Distraída mamá repasando el resumen bancario, suelta la mano del párvulo, que continúa la caminata lunar. Sus pasos chuecos se pierden entre puestos callejeros, a 2 pesos el kilo de frutilla, y comercios de electrodomésticos, zapatillas y celulares.