El polvo de Beirut - Desenlace

Urgido por supersticiones poco claras, compeli a Mochil Hero a que narre la historia hasta el final, aqui sigue su relato:

Recorrimos las ex encantadoras callecitas de Beirut, convertidas en un parque de diversiones para jeques y sheiks. Las desordenadas milicias que en otros paises arabicos uno encuentra bragueta baja y shawarma en boca con el bigote enchastrado, en Beirut son cuerpos intimidantes que marchan al blandir de sus gruesos calibres.

El coqueto centro de la ciudad, habitado solo por Mercedenz Bes luce muros agujereados de plomo medianeros con hoteles 5 estrellas. El alma del viejo centro historico, arrasado durante la guerra civil, no logro reencarnarse en la reconstruccion. Un comando arquitectinmobiliario decidio reproducir al detalle el barrio desaparecido. El triste resultado es la maqueta mas grande del mundo.

Consternados por esta realidad, volvimos al hotel donde convide a las damas con algunos sorbos de whisky. Algo embebidos nos dirigimos a la pituca Rue Monot donde continuamos la ingesta etilica. Conmoviose un poco este narrador al ver las tristes costumbres alimenticias de las srtas, como obviar comidas o azucarar el te con el mango de la cuchara. La desdicha de la batalla perenne contra el kilo que muchas hembras solo abandonan tras la procreacion.

En la ultima estacion del tour de alcoholemia, un bar de copas donde el personal era mas numeroso que la clientela, me abone a la calificada tarea de pelar manies. El producto de mi trabajo era colocado elegantemente en la boca de la "linda" y en la mano de la otra. Cuando esta ultima se retiro al toilette me cobre mis atenciones.

Durante el regreso al hotel, mi doncella sucumbio a una profunda emocion y se quebro. Me concentre en el consuelo para ignorar la verguenza ajena.

Logramos sobrevivir a su llanto y ya en la habitacion fui gentilmente invitado a pernoctar. No atine a cordializar un no-no-deja, ni siquiera hice como si desenrollara mi colchoneta de camping. Me deposite en su cama ante lo cual la bella llorona no pudo mas que preguntarme " quieres dormir aqui?". Nos libramos de pantalones mientras que su amiga, 50 cm mas alla, hacia lo propio.

Crei que tal vez la soberana embriaguez mellara mi virilidad, sin embargo mi hombria de bien fue mas resistente al alcohol que mi agotada cabeza. Tras un discreto apoye y frote sucumbi al suenyo.

Asfixiado por la calefaccion me desperte sin saber donde estaba. Habituado a establecimientos de condicion muy discreta, la vista del televisor sobre la repisa me provoco un pavor colosal. "Me aparee con la fea!" fue la lectura de mi primera sinapsis. Antes de saltar de la cama comprobe que la menos agraciada seguia en el lecho contiguo, ese pensamiento habia sido apenas una jugarreta neuronal, una confusion producida por ver una REPISA en mi habitacion.
La adrenalina del incidente sirvio para disimular mi profunda resaca y tome como solaz a mi companyera. En presencia de su dormida amiga la despoje de ropas no sin cierta dificultad debido a sus anchas asentaderas. Durante los intensos minutos de forcejeo silencioso, la hembra producia sonidos similes palabras. Yo, incapaz de intelegir, me limite a responder con sies y jajas susurrantes.

El ritual de apareamiento se extendio hasta que con una mano alcance su clitoris para acariciar esa zona y aledaneas extrayendo abundante liquido mientras que con la otra mano hurgaba mi fiel Mochila en busca de latex. Ignoramos los movimientos y sonidos de la cama vecina y ambos con la ropa interior en los tobillos nos atornillamos en la posicion del obrero.

80 segundos mas tarde yo ya anhelaba evacuar el lugar como lo habia hecho mi simiente hacia ya casi un minuto. Ella, vulnerando todas las convenciones internacionales sobre derechos humanos, se atrevio a preguntarme "enquepiensas?". Le respondi con una risa tonta, ya no necesitaba hacer mas chistes.