Mohamed, el berber hipocondriaco
Las tres pajas satelitales diarias no alivian la migranya de Mohamed. El reconoce que tanta manipulacion genital quizas le este socavando energia y se vuelve a prometer extirpar el tv de su habitacion. Mientras, finge tomar la aspirina que le di. Entre los sacudones de mochila, la tirita de bayaspirinas se agrieto el milimetro suficiente para agitar su hipocondria.
Como todo agente turistico de Medio Oriente, la version oficial de su iniciacion sexual no coincide con la probable y sordida realidad. Alah recuerda bien aquella tarde que con algun compinche intercambio favores a la sombra de un camello. Pero el abrevia y cuenta la historia de Camile, una famula australiana ligera, 12 anyos mayor que el, quien lo inauguro en su adolescencia.
Un lustro mas tarde, este adolescente tardio, inquieto por su migranya cronica y los juguetones parasitos de su intestino, me confiesa que aquella fue su unica relacion sin preservativo. Los parasitos y la duda lo consumen, el asegura que cada dia esta mas flaco pero teme acudir a un centro de salud porque es sabido que el Ministerio de Higiene Publica y Veterinaria egipcio aplica a los portadores de HIV una eficaz intravenosa que elimina en el acto al virus y, sin mayores complicaciones, a su anfitrion.
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